Uniandes durante la pandemia

Inicio de la pandemia: 2020

El 2020 fue un año particular, la pandemia del Covid-19 cambió las condiciones sociales y de salud pública a nivel mundial, lo que implicó para la Universidad de los Andes desafíos asociados con el cuidado de la comunidad universitaria, la garantía de su buen funcionamiento, el mantenimiento de la calidad pedagógica y la mediación de la tecnología en el proceso enseñanza-aprendizaje. A continuación, se abordarán algunas de las acciones realizadas por la Universidad durante 2020 y 2021 en respuesta a las repercusiones de la pandemia del Covid-19.

Tabla 0.1. Acciones durante el primer año de la pandemia

A inicios de marzo se registraron los primeros casos de Covid-19 en el país y, como medidas iniciales, la Universidad entregó a la comunidad universitaria indicaciones generales para el autocuidado. El 12 de marzo se declaró la emergencia sanitaria a nivel nacional. La Universidad tomó la decisión de suspender las clases presenciales (pregrado y posgrado) en principio por cuatro semanas (del 16 de marzo hasta el 5 de abril), lo que dio paso al inicio de la virtualidad.

La primera semana de virtualización coincidió con la semana de receso del primer semestre del año, por lo que fue aprovechada por la Universidad para brindar a los profesores capacitaciones y apoyos en el uso de las herramientas digitales para la enseñanza y el aprendizaje. Desde el Centro de Innovación en Tecnología y Educación Conecta-TE se realizaron 11 talleres y 23 webinars en los que participaron, respectivamente, 551 y 539 profesores. Además, Conecta-TE construyó una página web en la que dispuso manuales, guías y recursos autocontenidos para facilitar a los profesores la adaptación de los cursos del primer semestre del 2020 a modalidad virtual.

De igual manera, en cuanto se dio el paso a la virtualidad, la Decanatura de Estudiantes publicó en su página Ágora recomendaciones para que los estudiantes aprendieran a autorregular el aprendizaje de manera autónoma en la nueva modalidad y ser estudiantes exitosos.

El 20 de marzo el gobierno nacional decretó el inicio de la cuarentena estricta que se mantuvo hasta mayo, mientras que las restricciones y el aislamiento se mantuvieron hasta final del año, por lo que la virtualidad en la Universidad se extendió hasta 2021.

Para el 25 de marzo, cuando inició el aislamiento preventivo obligatorio en el país, la Universidad llevaba por lo menos dos semanas de preparación y ajustes para la virtualización de las clases. Las acciones pedagógicas, tecnológicas, organizacionales y de bienestar que tomó anticipadamente permitieron asegurar las condiciones para su funcionamiento y atender necesidades que se presentaron en el contexto de la ciudad.

El 26 de marzo el Consejo Académico de la Universidad decidió que, de forma transitoria, las notas asignadas para los cursos del semestre 2020-1 y para todos los estudiantes de pregrado y maestría serían de carácter cualitativo (aprobado/reprobado). Esta decisión consideró la heterogeneidad de la comunidad en factores como la disponibilidad de equipos, conectividad, condiciones en el hogar y necesidades económicas, pues estas disparidades no todos los miembros de la comunidad estarían en igualdad de condiciones para enseñar y aprender. Esas circunstancias se presentaron como una oportunidad para promover la equidad de oportunidades y la solidaridad en la comunidad, buscando resultados más equitativos y explorando nuevas formas de interacción entre profesores, estudiantes y demás miembros de la comunidad.

La Universidad adoptó medidas en relación con el seguimiento académico para el 2020-2. Entre ellos, el cambio del proceso de admisión debido al aplazamiento de las pruebas Saber 11. Se ajustaron los criterios de admisión y algunas nuevas reglas involucraron una prueba virtual de lenguaje y pensamiento crítico y, en casos excepcionales, la admisión directa para colegios históricamente de alta calidad y baja dispersión.

Se habilitó la posibilidad de retirar cursos a final de semestre con la intención de promover la toma de decisiones de los estudiantes frente a su proceso de aprendizaje y cuidar su bienestar emocional. También se adaptó el protocolo de ajuste razonable con el motivo de tener en cuenta las dificultades que impedían a algunos estudiantes el seguimiento de su proceso de aprendizaje de manera óptima (conectividad, falta de recursos tecnológicos, dificultades de salud).

Por otra parte, se crearon los “Apoyos financieros COVID-19” para estudiantes nuevos y antiguos de pregrado, especializaciones y maestrías. Además, con la campaña “Los Andes Te Apoya” se ofreció una nueva línea de créditos con un ahorro desde el 30% hasta el 50% del valor del semestre en programas definidos 1Arte, Antropología, Biología, Ciencia política, Filosofía, Geociencias, Historia, Historia del Arte, Literatura, Matemáticas, Microbiología, Música, Química, Lenguas y Cultura, Licenciatura en Artes, Licenciatura en Biología, Licenciatura en Educación Infantil, Licenciatura en español y Filología, Licenciatura en Filosofía, Licenciatura en Física, Licenciatura en Historia, Licenciatura en Matemáticas y Licenciatura en Química..

En cuanto al soporte tecnológico, las acciones estuvieron dirigidas a las condiciones de la comunidad y del campus. Las primeras medidas se relacionaron con la disposición de infraestructura tecnológica. Así, se entregaron 850 computadores y equipos de conexión a internet entre estudiantes, profesores y administrativos.

La biblioteca incrementó las bases de datos disponibles con el propósito de dar mayor acceso a los recursos bibliográficos y demás actividades necesarias para la educación virtual. Ediciones Uniandes hizo pública una colección de más de 500 libros digitales para consulta de todos los miembros de la comunidad.

Las condiciones tecnológicas se robustecieron al habilitar plataformas para dictar clases virtuales, realizar reuniones y facilitar la atención a estudiantes, entre otras actividades. En el campus se acondicionaron salones como aulas remotas e híbridas; se habilitaron accesos a través de VPN y se adquirió una RDP, permitiendo soportar la demanda requerida de hasta 100.000 conexiones simultaneas. Finalmente, se pusieron en marcha estrategias que cualificaron la atención y el soporte para los usuarios en casa, pues la demanda de este servicio aumentó.

Como medidas en favor de la comunidad se inició con la campaña Positivo para Solidaridad, que involucró profesores y estudiantes y permitió darles un alivio a centenares de familias que viven en las inmediaciones del campus.

Además, la Universidad participó en el proyecto COVIDA, el cual buscó recolectar la mayor cantidad de pruebas diagnósticas de Covid-19 para entender las variables de propagación de la epidemia y tomar decisiones frente a la coyuntura. Para esto se trabajó en varios frentes. Por un lado, se habilitó un laboratorio para la detección del virus que fue certificado por la Secretaría Distrital de Salud y por el Instituto Nacional de Salud. De forma complementaria se adelantó un estudio de 100.000 pruebas diagnósticas del virus en un esfuerzo conjunto con la Secretaría de Salud de Bogotá, la Fundación Santa Fe y la Universidad Nacional.

Los profesores de la Universidad aportaron a la generación de conocimiento y al análisis de la coyuntura actual en sus muchas dimensiones, entre ellos resalta la Modelación Covid-19 en Bogotá, en donde los departamentos de Ingeniería Biomédica y de Ingeniería Industrial, en cooperación con el grupo de Biología Matemática y Computacional y con la Alcaldía Mayor de Bogotá desarrollaron el esquema 4×4 que permitió a la ciudad adoptar la “nueva normalidad” sin llegar al límite de ocupación de la Unidades de Cuidado Intensivo (UCI).

Finalmente, para facilitar el acceso oportuno y sin desplazamiento para hacer uso de los servicios de salud, el Departamento Médico, la Facultad de Medicina y el Departamento de Psicología pusieron a disposición de los miembros de la comunidad uniandina los servicios de telesalud a través de un sitio web en donde los usuarios tenían acceso a citas de orientación médica y psicológica.

Parte de los ajustes necesarios para el funcionamiento continuo de la Universidad fueron determinaciones financieras. En el mes de mayo se tomaron las siguientes medidas:

  • Congelación de contratación de profesores y personal administrativo, vacantes y posiciones nuevas, consultorías y servicios no esenciales.
  • Congelación de los nuevos programas de capacitación y desarrollo de personal.
  • Ajustes al presupuesto operativo y aplazamiento de inversiones de la administración central y de las facultades.
  • En conjunto, el ahorro estimado de estas medidas ascendió a cerca de 50 mil millones. Este ahorro contribuyó a financiar los apoyos a estudiantes y las necesidades coyunturales. De tal manera:
  • Se mantuvo la cobertura de las becas de Quiero Estudiar, Pa’lante Pacífico y Pa’lante Caribe, que además tienen como propósito promover la diversidad geográfica y socioeconómica en la población de estudiantes.
  • Se eliminaron todos los costos de inscripción a la Universidad, así como las penalidades asociadas con pagos extemporáneos de las obligaciones de matrícula.
  • Se ofreció un “bono solidario” de 10%, por una vez, para que estudiantes de pregrado y maestría lo utilizaran para cubrir el costo de la matrícula semestral.
  • Se redujo el 50% del valor de la matrícula de los programas de doctorado.

Adicionalmente, se hizo una descapitalización de 30 mil millones del fondo patrimonial de la Universidad para ofrecer créditos blandos (con tasas de interés inferiores a las del mercado bancario) a estudiantes nuevos y antiguos de pregrado y posgrado. Estos créditos ofrecieron múltiples alternativas como préstamos de rescate, préstamos totales o parciales de corto plazo y mediano plazo y compra de cartera vigente. Estos mecanismos beneficiaron a más de mil estudiantes. De manera complementaria, se lograron nuevos acuerdos y convenios con entidades del sector financiero para ampliar aún más las posibilidades de financiación de los estudiantes. Esto incluyó las modalidades de crédito del Icetex.

El resultado del trabajo conjunto entre la Vicerrectoría Académica, la Vicerrectoría de Investigación y Creación, la Dirección de Campus Sostenible, la Dirección de Servicios del Campus, la Dirección de Planeación y Evaluación y la Dirección de Admisiones y Registro generó un documento que presentó un resumen de las fases y principales lineamientos para el regreso gradual de las actividades académicas al campus. El plan consideraba la evolución de la pandemia a nivel país y ciudad, por lo que, además, respondía a las regulaciones emitidas por la presidencia de la República y la Alcaldía de Bogotá.


El plan de regreso de las actividades académicas al campus fue estructurado en las siguientes fases: (1) preparación e implementación de los protocolos de bioseguridad; (2) regreso de estudiantes con requisitos pendientes de los cursos de 2020-1 con competencias prácticas y construcción del plan de regreso de la investigación y creación (IC) al campus; (3) regreso a actividades académicas semipresenciales en el semestre 2020-2 e implementación del plan de regreso de la IC al campus.

La Universidad colaboró con la Alcaldía y la Secretaría de Salud de Bogotá a través de GenCore, su centro de pruebas de Covid-19, para probar Smart Pooling 2Sistema de Inteligencia Artificial (IA) para mejorar el número de pruebas de Covid-19 que se pueden realizar cada día en Colombia y en el mundo, sin necesidad de reactivos moleculares adicionales y sin ningún costo. en una muestra de pacientes reales, lo que posteriormente permitió su implementación a nivel nacional, transformando la respuesta del país frente a la pandemia.

Para contrarrestar las consecuencias de las restricciones asociadas a la pandemia y asegurar a los estudiantes uniandinos el adecuado cierre del ciclo de vida universitaria, la Universidad realizó la primera ceremonia virtual de graduación en la que se dispusieron 20 salas virtuales y se conectaron 2.300 estudiantes acompañados de sus familias.

Con el fin de generar confianza y tranquilidad sobre la estabilidad laboral, se cambió la contratación de término fijo a un año por contratos a término indefinido, manteniendo la antigüedad de cada trabajador.

El 16 de julio el Distrito aprobó la reactivación de laboratorios y talleres prácticos, lo que permitió que, desde el 1 de septiembre, se realizara investigación y práctica para profesores y estudiantes en la Universidad y también que se retomaran las actividades pendientes de 2020-1 para estudiantes. De igual forma, se permitió el regreso a estudiantes con tesis y trabajos de grado en 2020-2 que requirieran laboratorios y talleres prácticos. Esta reapertura se hizo bajo los más estrictos protocolos de bioseguridad y se adecuaron las instalaciones para que, tanto estudiantes como profesores y administrativos, regresaran de la forma más segura posible: aforo máximo de visitantes; optimización del uso del tiempo y coordinación rigurosa de turnos y de préstamo de equipos.

El 13 de octubre se inició la habilitación de las instalaciones de la Universidad para realizar clases presenciales y virtuales cumpliendo con el aforo permitido.

Para el semestre 2021-1 se hicieron ajustes a la admisión, se aplicó una nueva prueba virtual compuesta de preguntas de comprensión lectora y matemáticas. El Consejo Superior aprobó las salidas de campus para investigación y, el 1 de noviembre, se realizaron pilotos de salidas del campus para docencia en Bogotá.

Con la apaertura de algunos espacios en el campus se hizo el lanzamiento de SeneCare, una aplicación creada por The Software Design Lab, el Hospital Militar Central y la Universidad de los Andes para promover el autocuidado y el cuidado de la comunidad. Los integrantes de la comunidad contestaban unas preguntas antes de ingresar al campus, de manera que fuera posible asegurar la ausencia de síntomas de Covid-19 al interior de las instalaciones.

Igualmente, con el apoyo de la tecnología, se desarrolló en la Universidad una herramienta interactiva para visualizar diferentes datos alrededor del Covid-19 a través del tiempo, incluyendo la capacidad de pruebas a nivel nacional. Para cumplir este objetivo se integraron, en la plataforma, datos oficiales del Instituto Nacional de Salud, de la Secretaría de Salud de Bogotá e información en tiempo real sobre los avances del Covid-19 a nivel nacional.

Profesores e investigadores de diferentes facultades y dependencias de la Universidad elaboraron una serie de lineamientos, planes y modelos de adecuación para un regreso seguro y progresivo al campus que incluyó protocolos de bioseguridad para la prevención y control del riesgo; un plan de vigilancia epidemiológica; un modelo híbrido de ocupación del campus; un plan para continuar con la investigación en el campus; un estudio sobre los efectos de la virtualización; un modelo de ocupación y distribución de estudiantes y un estudio sobre el comportamiento en salud por el Covid-19.

De esta manera, la Dirección de Servicios del Campus definió un protocolo de bioseguridad para la prevención, control y mitigación del riesgo para el retorno seguro y gradual a la Universidad.

En el Laboratorio Diagnóstico de Covid-19 GenCore se utilizó un robot para la extracción automatizada y ágil de ácidos nucleicos, reduciendo el tiempo de análisis de muestras para la detección del virus. Por otra parte, el laboratorio estableció una alianza con la Universidad de Nariño para realizar la transferencia del conocimiento adquirido en su montaje.

La llegada del equipo contribuyó a la optimización de recursos, pues tenía la capacidad de procesar 48 muestras al tiempo, logrando procesar cerca de 500 muestras diarias. El robot, entregado en comodato por la empresa Quimiolab, aceleró el proceso de extracción del material genético, pasando de 3 horas de duración a solo 17 minutos.

Además, la Universidad instaló 50 lavamanos en los ingresos al campus; dispuso un curso virtual de divulgación de los protocolos de bioseguridad; señalizó el campus con indicaciones para facilitar el seguimiento de los protocolos; amplió 450 cupos de biciparqueaderos disponibles en el campus; se organizaron caravanas para llegar a la Universidad desde diferentes puntos de la ciudad y adecuó tecnológicamente 138 salones para la realización de clases en alternancia.

Segundo año de pandemia: 2021

El 17 de febrero del 2021 el Gobierno Nacional inició el Plan Nacional de Vacunación contra el Covid-19, definido en dos fases y cinco etapas. El equipo interdisciplinario de la Universidad de los Andes, COLEV, creó una herramienta de visualización de datos actualizados para conocer el avance del proceso de vacunación en Colombia. Con un análisis conjunto de los indicadores logísticos y del avance de la vacunación, esta herramienta también permitió orientar las estrategias para el cumplimiento del Plan Nacional de Vacunación contra el Covid-19.

Gracias a su exitosa implementación, y tras alcanzar un cumplimiento del 100% de todos los requisitos verificados, la Universidad de los Andes recibió el Sello de Bioseguridad Icontec. El plan de mitigación de riesgos en salud de toda la comunidad (estudiantes, profesores, administrativos y visitantes) se basó en la implementación de protocolos para el ingreso y permanencia en el campus, la vigilancia activa para la detección oportuna de casos positivos por Covid-19 y la suspensión de sistemas de aire acondicionado con priorización de la ventilación natural y uso de sistemas de ventilación con renovación de aire, entre otras acciones basadas en las recomendaciones de la Occupational Safety and Health Administration (OSHA) del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos.

El regreso fue una tarea compleja por la alta flexibilidad académica. Para esto, se conformaron clusters para minimizar riesgos y se construyó el índice de contactos únicos por curso para establecer qué cursos estaban demasiado interconectados, lo que permitió construir una oferta de cursos más segura.

La vacunación fue una prioridad para la Universidad, por lo que se realizaron nueve jornadas al interior del campus. La primera tuvo lugar en agosto de 2021 en las instalaciones del Centro Deportivo y participaron estudiantes, administrativos y sus familiares. El trabajo adelantado por la Dirección de Gestión Humana y Desarrollo Organizacional (GHDO) buscó garantizar un retorno seguro al campus dada la importancia de la presencialidad en los procesos formativos.

Además, la alianza compuesta por la Universidad de los Andes, la Fundación Santo Domingo, la Secretaría de Salud de Bogotá, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y operadores estratégicos dejó resultados eficientes en el compromiso con la comunidad, inmunizando sin barreras de forma gratuita, rápida y sin restricciones. La estrategia “La vacuna es de todos”, asociada con el proyecto COVIDA, se llevó a cabo durante 75 días. La iniciativa se realizó en tres localidades del sur de Bogotá (Bosa, Usme y Ciudad Bolívar) y se vacunaron 59.386 mujeres y 50.980 hombres (entre ellos 181 personas víctimas del conflicto, 86 mujeres gestantes, 46 personas en condición de discapacidad, 133 personas en condición de desplazamiento y 12.757 migrantes, la mayoría de ellos irregulares). El 78% de la población vacunada tenía entre 3 y 39 años y el 40% pertenecían al régimen subsidiado de salud o no contaban con aseguramiento.

El regreso al campus y a las clases presenciales fue el 9 de agosto de 2021. También se llevaron a cabo de manera semipresencial las bienvenidas de nuevos estudiantes (pregrado y posgrado). La bienvenida a estudiantes de primer semestre se realizó con el apoyo de la Decanatura de Estudiantes y la intervención del rector Alejandro Gaviria.

Con el propósito de facilitarle a los miembros de la comunidad uniandina y a los habitantes de los barrios aledaños al campus universitario (Las Aguas, La Candelaria y Santa Fe) se llevó a cabo la segunda jornada de vacunación liderada por la Universidad. Durante tres días se lograron aplicar cerca de 2.000 dosis entre adultos y niños. Ellos, así como los estudiantes, profesores, egresados y personal administrativo y logístico, también tuvieron acceso a vacunas contra la influenza, sarampión, rubéola y tétanos. La jornada integró más de 100 voluntarios entre estudiantes y egresados de la Facultad de Medicina.